Servir el vino a la temperatura adecuada es clave para disfrutar de todos sus sabores. Mientras que los tintos se sirven ligeramente por debajo de la temperatura ambiente, los blancos y rosados prefieren el frescor de unos grados menos.

Desde Hemingway hasta Neruda, muchos escritores han encontrado inspiración en una copa de vino. Sus obras nos invitan a explorar mundos entre viñedos y copas llenas de poesía.

No todos los vinos son veganos. Algunos procesos de clarificación usan productos animales. Pero, ¡buenas noticias! Cada vez hay más opciones veganas en el mercado para disfrutar sin preocupaciones.

¿Sabías que la música puede afectar cómo percibimos el sabor del vino? Estudios sugieren que ciertos géneros musicales pueden realzar diferentes notas y matices. ¡Prueba escuchar jazz con tu próximo Merlot!

¡El vino no solo es rojo o blanco! El vino azul, hecho con una pigmentación natural, está ganando popularidad. Perfecto para aquellos que buscan sorprender en sus cenas.

¿Corcho o tapa de rosca? Mientras que el corcho es tradicional y amado por los puristas, las tapas de rosca garantizan una mejor conservación y son más amigables con el ambiente. ¡La elección es tuya!

Moderadamente, el vino puede ser un aliado de tu corazón. Los antioxidantes presentes, especialmente en los tintos, contribuyen a una mejor salud cardiovascular. ¡Un brindis por tu corazón!

Algunas cepas de vino tienen más de 100 años. Beber de estas cepas es como dar un sorbo a la historia, conectando con tradiciones y sabores ancestrales.

¡El vino también ha viajado al espacio! Estudios han mostrado que la microgravedad puede alterar su envejecimiento, ¡quién sabe si en el futuro brindaremos con un Cabernet «marciano»!

¿Sabías que el color del vino nos puede decir mucho sobre su edad y sabor? Los vinos tintos se vuelven más claros con la edad, mientras que los blancos se oscurecen. ¡Una verdadera danza de tonalidades en tu copa!